El viaje de la Presidenta

Noticia acerca de la decisión de nuestra Presidenta, Dilma Rousseff, de cancelar el viaje a los Estados Unidos, con mis comentarios acerca de lo que considero más un gran error de la política externa brasileña…

thumb-33920140948-dilma-e-obama-resized

El Colombiano – Internacional | Publicado el 18 de septiembre de 2013

Desplante de Rousseff es un acto político

La decisión de congelar el viaje a E.U. es un duro golpe para las relaciones entre las dos mayores economías de América.

Este año el presidente Barack Obama no brindará con un aliado en una cena de Estado en la Casa Blanca. La única cita de esta envergadura que estaba planeada para el 2013 fue pospuesta por la invitada de honor y presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en un histórico desplante que marca el momento más difícil en la relación entre las dos mayores potencias políticas y económicas del hemisferio en años.

Las razones de la presidenta son contundentes: según ella, Washington no ofreció respuestas satisfactorias a informaciones de la prensa que revelaron que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) espió a ciudadanos brasileños, incluyendo a la mandataria. 

“Las prácticas ilegales de interceptación de las comunicaciones y datos de ciudadanos, empresas y miembros del Gobierno brasileño constituyen un hecho grave, que atenta contra la soberanía nacional y los derechos individuales, y es incompatible con la convivencia democrática entre países amigos”, dice la líder en el comunicado oficial. 

El documento también sostiene que “en ausencia de una investigación de lo ocurrido, con las correspondientes explicaciones y compromiso de cesar la interceptación, no están dadas las condiciones para la realización de la visita”, prevista para el 23 de octubre.

La decisión de Rousseff se suma a las secuelas internacionales que han dejado en Obama las revelaciones de los programas de espionaje y que también le han costado, hasta hoy, persecuciones intensas en Europa, donde son celosos de la privacidad. 

Y es que documentos secretos filtrados por el exanalista estadounidense de inteligencia Edward Snowden también mostraron que la NSA intervino la red informática de la petrolera estatal brasileña Petrobras y que recabó datos de millones de correos electrónicos y llamadas telefónicas hechas en Brasil, un importante nodo de conexiones de fibra óptica trasatlánticas. Las revelaciones se suman a un añejo recelo en el país sudamericano sobre el gobierno estadounidense. 

Después de conocer el descontento de la presidenta Rousseff, la Casa Blanca señaló que Obama “entiende y lamenta” la decisión brasileña y que ordenó una investigación sobre las acciones de los aparatos de inteligencia, la cual tomará varios meses para ser concluida. 

El texto divulgado por el gobierno estadounidense plantea que Obama espera recibir a Rousseff en una fecha que sería decidida en forma conjunta y que otros mecanismos de cooperación continuarán, como los diálogos bilaterales sobre política, energía y defensa. 

Aunque analistas brasileños consideraron que dejar la visita en pie, sin llegar a cancelarla, le da a Rousseff la oportunidad de mantener abierto el diálogo con Estados Unidos y discutir con Obama las preocupaciones por el espionaje, Joanisval Brito Goncalves, asesor del Senado en asuntos internacionales, afirmó que lo más conveniente es que Rousseff haga la visita.

“Hace 20 años no tenemos un jefe de Estado en Estados Unidos para una visita como esa, es el momento para fortalecer el diálogo, no para cerrar las puertas”, dijo el analista.

Una visita de Estado es la mayor acogida diplomática que un líder extranjero puede recibir en Washington, con más categoría que una visita oficial común. La de Rousseff era la única prevista por Obama este año, la primera de un presidente brasileño en casi dos décadas. 

En lo que lleva en la Presidencia, Obama ha ofrecido seis cenas de Estado: a la India en 2009, a México en 2010, a China, Alemania y Corea del Sur en 2011 y a Gran Bretaña el año pasado. Con estos antecedentes, Brito Goncalves dijo a The Associated Press que Brasil “no puede enterrar la cabeza en la arena” y evitar el contacto con Estados Unidos. Continuar lendo